lunes, 23 de abril de 2007

AGENCIAS / Julio César Rivas27 de marzo de 2006Cazadores de focas canadienses y organizaciones protectoras de los animales se han enzarzado en un peligroso juego en las gélidas aguas del golfo de San Lorenzo, con pesqueros embistiendo lanchas neumáticas y éstas persiguiendo a los cazadores.
El peligroso periplo ha culminado con el arresto por parte de los servicios de Guardacostas canadienses, de siete de los ocupantes de un barco ocupado por los activistas, cinco de los cuales permanecen bajo custodia, según fuentes oficiales.La de hoy ha sido la última edición de un enfrentamiento que se repite cada año desde que, a finales de los años 1960, grupos ecologistas y de protección animal empezaron a protestar sobre los hielos de la costa atlántica de Canadá el rito anual de la caza de miles de focas.Hoy la embarcación "Kakawi" ha protagonizado el peligroso baile entre los témpanos del golfo cuando embistió una lancha neumática de la Sociedad Protectora de Animales de los Estados Unidos (HSUS) en la que viajaba el enviado especial de EFE. Tras cazar una foca, el "Kakawi" enfiló la pequeña embarcación que les seguía para observar la caza.El piloto de la lancha de HSUS empezó a retroceder pero la embarcación había quedado encerrada en un pequeño canal entre los témpanos flotantes y le fue imposible girar a tiempo.Una peligrosa persecuciónEl "Kakawi" aprovechó la ocasión para revolucionar al máximo sus motores y lanzarse contra la lancha.Sólo la pericia del piloto de HSUS, un veterano de Greenpeace, que esperó hasta el último momento para mover su embarcación y evitar que el pesquero rectificase su rumbo, evitó males mayores.Aún así el "Kakawi" alcanzó la parte trasera de la Zodiac, dañando su motor y agujereando una de las cámaras neumáticas.El juego no es una broma. Una persona no puede resistir viva más que unos escasos minutos en aguas con temperaturas cercanas a cero grados.El "Kakawi" prosiguió su rumbo, no sin que antes sus ocupantes lanzasen unos cuantos improperios, y el grupo de HSUS se dirigió a su barco nodriza para evaluar los daños a la lancha.HSUS no tardó mucho en poner la embarcación de nuevo en el agua y proseguir, junto con la otra del grupo, la observación de las acciones de los pescadores. Poco después otro pesquero volvió a intentar embestir las lanchas, esta vez con menos éxito que en la primera ocasión.Denuncias sin resultadosRebecca Aldworth, directora de la campaña contra la caza de focas de HSUS, señaló tras el incidente que su organización denunciará al patrón del "Kakawi" pero que dada su experiencia con actos similares en el pasado, no confía en que el Ministerio de Pesca canadiense actúe contra el pesquero. "Es típico de las autoridades canadienses. Están ahí no para asegurar que se cumplen las reglas sino para proteger a los pescadores", dijo Aldworth.La activista de HSUS se refería al hecho de que, tras la embestida del "Kakawi", inspectores del Ministerio de Pesca canadiense interceptaron las embarcaciones de la organización de protección animal para asegurarse de "que todos tienen los permisos de observación" que son obligatorios.Campaña internacionalEs fácil que los nervios afloren. Los pescadores dedicados a la caza se sienten víctimas de una campaña internacional para desacreditarlos y eliminar unos ingresos adicionales que siempre son bienvenidos.Las imágenes de pescadores apaleando las cabezas de las focas, muchas de ellas de pocas semanas de vida, tomadas por HSUS e IFAW, recorren todo el mundo y generan protestas generalizadas para desmayo del gobierno canadiense.Son esas imágenes las que activistas como Aldworth confían en que acabarán pronto con la prohibición total de la caza comercial de focas en Canadá. Las mismas imágenes que los pescadores canadienses confían en que dejen de circular para poder repetir cada año su rito.